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22 de November de 2019

La Historia de Nuestra Señora de Guadalupe


La Historia de Nuestra Señora de Guadalupe
 

¿Cuál es el origen de la Virgen de Guadalupe, su imagen y su manto? ¿Por qué cada 12 de diciembre millones de peregrinos visitan el Santuario? En el Nican Mopohua (escrito en nahuatl) se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, sin embargo a continuación incluimos un resumen de su aparición y del diálogo entre la Virgen y Juan Diego (basado en sancta.org).

Primera aparición

El 9 de diciembre de 1531(una década después de la conquista de los españoles en el territorio que hoy es México), el indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien fue de los primeros en bautizarse, pasaba por el cerro de Tepeyac cuando escucho el más bello canto de lo que él pensó eran pájaros.

Juan Diego se detuvo para apreciar este canto y se preguntó si estaba soñando o si estaba despierto, si estaba en el cielo o en un paraíso terrenal. Sin embargo, oyó una voz desde la cima del monte que le inspiró tranquilidad y le decía "Juanito, Juan Dieguito". Con el corazón lleno de alegría, subió la colina y se acercó al lugar de donde provenía la voz. Al llegar a la cima, vio a una Señora, con prendas que brillaban como el sol; a sus pies el suelo parecía de brillo y piedras preciosas que brillaban como el arcoíris. Los mezquites, nopales y la maleza del lugar eran esmeraldas, el follaje eran turquesas y las ramas y espinas brillaban como el oro. Juan Diego se inclinó ante ella y escuchó su mensaje.

Ella dijo: “Oye, hijo mío, Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas? ...Sabe y ten por seguro mi hijo mío el más pequeño, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios…Quiero mucho y deseo vivamente que en este lugar me levanten mi templo. En donde Lo mostraré, Lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto: Lo daré a las gentes en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en la salvación.

Porque yo soy vuestra Madre misericordiosa, de ti, y de todos los hombres que viven unidos en esta tierra, y de todas las personas que me amen, los que me hablen, los que me busquen y los que en mí tienen confianza. Allí les escucharé sus lloros, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores.

Y para que pueda hacerse lo que pretende mi compasiva mirada misericordiosa, ve a la casa del obispo en México, y le dirás cómo yo te mando como mi mensajero, para que le hagas presente cómo yo deseo mucho que aquí me haga una casa, que levante mi templo en lo plano. Le contarás bien todo lo que has visto y admirado y lo que has oído…”

Él aceptó y fue con al palacio del obispo, el Monseñor Juan de Zumarraga; sin embargo el obispó no le creyó.

Segunda aparición

Ese día en la tarde al regresar por el cerro, Juan Diego le contó lo sucedido a la Virgen, quien respondió: “Oye, hijo mío el más pequeño, ten por cierto que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad. Pero es muy necesario que tú personalmente vayas y hables de esto, y que precisamente por tu mano se cumpla mi voluntad…con toda energía te mando que precisamente vayas otra vez mañana a ver al Obispo.”

Tercera aparición

Al día siguiente, el domingo, después de asistir a Misa, Juan Diego regresó con el obispo, quien le preguntó a Juan Diego más detalles sobre estas apariciones y posteriormente, le pidió que le trajera una señal para poder creerle.

Cuando Juan Diego regresó con la Santísima Virgen ella le respondió: “Bien está, hijito mío, volverás aquí mañana para que lleves al obispo la señal que te ha pedido. Con eso te creerá y acerca de esto ya no dudará ni de ti sospechará.”

Cuarta aparición

Sin embargo, al día siguiente el tío de Juan Diego, Juan Bernardino se enfermó gravemente y le pidió a Juan Diego que fuera a Tlatilolco a buscar un sacerdote. En ese trayecto, Juan Diego prefirió evitar el camino que normalmente lo acercaba con la Virgen. Pero en esta ocasión fue la Virgen quien se encontró con él y le preguntó a dónde se dirigía y por qué estaba afligido. Después de escuchar a Juan Diego la Virgen lo consoló diciendo: “¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

Que ninguna otra cosa te aflija, te perturbe; que no te preocupe con pena la enfermedad de tu tío, porque de ella no morirá por ahora. Ten por seguro que ya sanó.

Sube hijo mío el más pequeño, a la cumbre del cerro, a donde me viste y te di ordenes. Allí verás que haya variadas flores: córtalas, reúnelas, ponlas todas juntas…estas diferentes flores son la prueba, la señal que llevarás al Obispo.”

El Milagro

Juan Diego esperó muchas horas para que el Obispo lo recibiera. En el palacio del obispo, Juan Diego desplegó su manto y en la tilma estaban bordadas las rosas que había recogido y la imagen que ahora conocemos como la Virgen de Guadalupe. Al verla, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y pidió a Juan Diego que lo llevara al sitio donde construirían el templo a la Virgen.

Aparición a Juan Bernardino

Después de ir con el obispo, Juan Diego regresó rápidamente a ver a su tío. Al encontrarlo, vieron que Juan Bernardino estaba en perfecta salud. Cuando Juan Diego platicó con su familia lo que había visto y lo que había acontecido, su tío le platicó que también había visto a una Señora con la misma descripción que había usado Juan Diego y que la Virgen le había pedido a su sobrino a encontrarse con el obsipo.

Virgen de Guadalupe en la actualidad

Benedicto XIV nombró a al Virgen de Guadalupe como la patrona de la Nueva España en 1754. San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica en 1904 y seis años más tarde, proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina. Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América en el año de 1945 y la nueva Basílica de Guadalupe se inauguró en 1976.

Cada diciembre, la “Villa” y la Basílica de Guadalupe recibe a miles de peregrinos de todos los rincones del mundo para compartir con la Virgen su amor, su fe y pedir de su intercesión y consuelo. Incluso en OCP, la Morenita nos inspira a seguir trabajando, a vivir nuestra fe y a escribirle nuevos cantos para venerarla y glorificar a su Hijo, Jesucristo.

 

 

"¿No Estoy Yo Aquí?" de Anna Betancourt y Griselda Tan es el primer sencillo de la colección bilingüe Novena a la Virgen de Guadalupe/Novena to Our Lady of Guadalupe (disponible en mayo de 2020). Este canto está inspirado en el diálogo entre Juan Diego y Nuestra Señora de Guadalupe.